viernes, noviembre 09, 2007

Cuando muera, iré a visitar el quinto del 55 Cancri
Por Yolanda Arroyo Pizarro


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Me gusta pensar que cuando muera puedo elegir el lugar hacia donde voy. Es de las ideas que más me consuelan y calman. Ese pensamiento desinhibe mi constante espíritu de inconformidad con la vida y la tormentosa imagen del qué sucederá cuando ésta se me acabe.

Me he comprado un planisferio, varios libros de cuerpos celestes, una guía ilustrada de cometas, hoyos negros, supernovas, y tengo una perenne suscripción con Google News para que cada vez que se creen noticias con los términos “nuevo planeta” o “estrella descubierta”, mi email se atiborre con los detalles del descubrimiento. Acepto que no es como ir al Mahabharata a leer sobre las Pléyades, pero algo es algo. Prefiero pensar que es a alguno de esos lugares recién descubiertos en el firmamento hacia donde iré cuando, en efecto, me vaya.

Así que he navegado en la constelación de Scorpius, me he montado y desmontado de Plutón, me he subido y bajado del caballito de Sedna y de vez en cuando prefiero mecerme en las latitudes por donde llueven las Gemínidas, las Oriónidas y las Leónidas. Habrá quien me confunda con algún Artabán moderno. Miro al cielo y añoro lo que veo. Me derrito ante tanta posibilidad.

Tengo amigos afectuosos que conocen de esta divagación mía, de esta digresión del más-allá-ismo que me persigue, y cada vez que surge un nuevo informe, me notifican de los incidentes acontecidos en la bóveda celeste. Anelis, por ejemplo, me ha mantenido lately muy sintonizada con el asunto del nuevo planeta (posiblemente poblado) descubierto en el sistema solar 55 Cancri por estos días. También me envió un mensaje hoy anunciándome lo del cometa Holmes que, según los informes, “tuvo un colapso y ha expuesto parte de su masa, la cual al entrar en contacto con la radiación solar ha creado una "coma" (nube de polvo y gases) más grande que Júpiter. El cometa se ve a simple vista en la constelación Perseus, la cual se encuentra mirando hacia el Norte. Se ve como una bola difusa de bastante tamaño. Usando binoculares se ve más brillosa.” Esta noche, a partir de las 8 PM cielo boricua, puede distinguirse cerca de Casiopea.

Aunque lo más novedoso es el asunto del cometa, yo sigo mirada fija y obcecación espasmódica en 55 Cancri. De hecho, esta primicia me trastorna más que cuando en enero busco hacia arriba las Cuadrántidas, o cuando en abril me tiro de espaldas sobre el césped y dibujo con el índice la caída de las Líridas o de las Perseidas en agosto.

Inquieta, intento imaginar la interacción de mi espíritu, lanzado en proyectil, con el viento solar. Es como si pudiera ver los gases y materiales del universo que me traspasarían y yo los traspasaría a ellos. Las órbitas de otros cuerpos que esquivo. Yo, como una corriente que salta en un anillo de partículas. Me muevo, veo el enjambre de meteoros, las constelaciones, las tormentas de asteroides. Saludo a Peatón 3200.

Entonces me obsesiono con el nuevo planeta. Convulso y juro que puedo iniciar un Masturbatón en donde únicamente concurse mi alma, desde estos lares. Ahora que los investigadores han podido identificar a ese quinto planeta circunvolando 55 Cancri, su sol, en la constelación de Cáncer, me ha vuelto la excitación, que nunca se me va, por los astros. Se cree que puede estar poblado, puesto que la distancia que lo separa de la estrella es un poco menor a la que hay entre la Tierra y el Sol y por lo tanto se ubica en "zona habitable". Además, completa una órbita cada 260 días desde una franja en donde las temperaturas permitirían al agua formarse en piscinas de superficies sólidas sin evaporarse.

Los Mayas basaron su calendario sagrado Tzolkin, en el ciclo de las Pléyades, y creyeron que eran el lugar de origen de su cultura. ¿Por qué no pueden ser ellas, u otros destinos cercanos, a apenas años luz de los entornos, la siguiente parada de mi existencia?

2 comentarios:

Rey Andújar dijo...

siempre es bueno pasar por aquí y enterarse, leer cosillas.
un abrazo muy grande, tengo tu libro por ahí, pendiente para las lecturas de diciembre, a ver si un día me lo firmas, gran abrazo
r

Anónimo dijo...

El cielo nublado tapó el cometa. :(

Bueno, al menos mi amiga lunática puedes seguir pensando en el "real estate" galático para tu próxima encarnación.

Besos.

Acerca de mí

Mi foto
Yolanda Arroyo Pizarro (Guaynabo, 1970). Es novelista, cuentista y ensayista puertorriqueña. Fue elegida una de las escritoras latinoamericanas más importantes menores de 39 años del Bogotá39 convocado por la UNESCO, el Hay Festival y la Secretaría de Cultura de Bogotá por motivo de celebrar a Bogotá como Capital Mundial del libro 2007. Acaba de recibir Residency Grant Award 2011 del National Hispanic Cultural Center en Nuevo México. Es autora de los libros de cuentos, ‘Avalancha’ (2011), ‘Historias para morderte los labios’ (Finalista PEN Club 2010), y ‘Ojos de Luna’ (Segundo Premio Nacional 2008, Instituto de Literatura Puertorriqueña; Libro del Año 2007 Periódico El Nuevo Día), además de los libros de poesía ‘Medialengua’ (2010) y Perseidas (2011). Ha publicado las novelas ‘Los documentados’ (Finalista Premio PEN Club 2006) y Caparazones (2010, publicada en Puerto Rico y España).

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