lunes, noviembre 23, 2015

Reseña a 'Los locos mueren de viejos', novela de Vanessa Núñez (La Pereza, 2015)



Me gusta leer sobre mujeres asesinas. Estoy consciente de que mi naturaleza de mujer que por mucho tiempo fue oprimida por el machismo, sexismo, el racismo y la violencia de género me han llevado a preferir esas lecturas y esos personajes. Me encantan las mujeres que dejan de ser víctimas en la vida real, y me disfruto las que desde la ficción cometen actos de venganza en contra de aquellos quienes las maltrataron. Por eso disfruté tanto 'Los locos mueren de viejos', novela de Vanessa Núñez, publicada por La Pereza Editores.

No arruinaré el final diciendo quién, de todos los personajes femeninos, es la asesina. Bastará saber que el texto explora la relación disfuncional entre una joven y el mundo que la rodea, ese que a veces no entiende. Ese que ha sido colocado hermosamente por la escritora para que desde su talento y su artesanía diestra se no revele poco a poco. Está ella, la protagonista, está la vecina, está la madre, está la amiga de la madre-esposa a su vez del amante de la madre, en fin. Mujeres que deben decidir entre ser solidarias o traicionarse. Mujeres que se contradicen, que ganan y que pierden. Los hombres también los hay, y bien delineados; personajes complejos muy bien estructurados. Recordé a Ray Bradbury cuando dijo: “Hago los personajes para que vivan su propia vida dentro de la historia”.  

La novela de Núñez entabla reflexiones con el devenir de una hija y su madre, acaso la relación más influyente de nuestras vidas y en algunos casos, la más jodida. El método de construcción de la historia es tipo rompecabezas, lo cual fascina ya que el lector participa activamente armando lo que se va conformando como el corpus. La lectura clandestina de un diario y las interacciones sociales alrededor de amigas, vecinos, novios, tíos y un sutil personaje incorpóreo ajustan y desajustan a la protagonista hasta el punto de llevarla al límite. 'Los locos mueren de viejos' es lectura recomendada para el lector sin prisa y que disfruta de los sorbos. Sus capítulos son cortos y las secuencias fragmentadas y sin embargo, no deja cabos sueltos. El libro puede adquirirse en Librería Mágica, Rio Piedras, Puerto Rico. 

viernes, noviembre 20, 2015

Reseña a "Fuga de cerebros” de Juan Pablo Rivera




En la “Fuga de cerebros” de Juan Pablo Rivera hay también cantar del gallo. Lo queer viene a ser la menarquía como día inaugural de la tristeza planetaria, metáfora que aparece muy bien trabajada en el poema ‘Cardenales de verano’. En él, los árboles producen el primer episodio de sangrado vaginal de origen menstrual. Entre los versos se nos recuerda que todos, absolutamente todos, hemos venido de ser mujer, de ser hembra y luego hemos mutado, dentro o fuera del útero desde la voz de una abuela y los recuerdos hospitalarios de Arecibo, desde Hatillo, desde la nieve y nos encontramos reflexionando sobre lo materno, lo matriarcal, y por qué no, sobre esa primera hemorragia menstrual de la mujer.

El poeta también nos asegura que es beneficioso escaparse de nuestro encierro. La cajita. El cerebro. Fuguémonos de esa cárcel y vayamos a la página 28 en la rebelión de los sapos, en donde se nos insta a alcanzar la victoria dejando de ser renacuajos. Y se nos toma de la mano para que visitemos el zoológico que el autor nos muestra en un bestiario de criaturas acaso inciertas: serpientes, vacas, águilas, orangutanes, perros, peces. Especies de aquí y de allá que remozan la idea melancólica del inmigrante, del que visita New Orleans, del que celebra San Valentin en el invierno y azuza las memorias de una Habana distante. Hombres abrazados a hombres. Hombres siendo abandonados por hombres.

‘Saldo de muertos’ y ‘La fe de los ateos’ son ideogramas lúdicos que componen un microcosmos por donde se derraman lágrimas de ironía. La complejidad de la humanidad y sus contradicciones no dan espacio a respirar eficientemente, pero el poeta espacia las ideas, las atrae con astucia, nos estrangula pocamente y suspiramos mejor.

El tema más logrado del libro desde mi visión, es el conflicto irresuelto del mito de la madre adúltera o adulterada en las menciones juglares de Crisótemis. Se trabajan otros mitos como el de Penélope, Perséfone, el Coloso, Antígona y el apocatástasis entre símiles del derrumbe planetario y nuestra incapacidad de cambiar ciertos designios. Cuando el poeta se extasía en el romance y construye los poemas ‘Journey’, ‘Lo que aprendiste de la rosa’, ‘Al amante dormido’, y ‘Así tú y yo nos queremos’ las palabras transgreden la sensatez y nos recuerdan que están ahí y que han sido construidas para que el sujeto las perpetúe.

Enhorabuena por este poemario “Fuga de cerebros” de Juan Pablo Rivera publicado por Isla Negra Editores.


jueves, noviembre 19, 2015

Yolanda Arroyo Pizarro camino a FIL Guadalajara 2015

29 autores de catorce países de la región animarán la cuarta edición de ‪#‎LatinoaméricaViva‬. Programa que este año contará con seis mesas en las que los escritores discutirán sobre su literatura y compartirán experiencias con el público. Micrositio http://buff.ly/1M4jEm0 Comunicado http://buff.ly/1O1WTzX Programa http://buff.ly/1Hvduwz ‪#‎SomosLectores


El Post Antillano reseña la Cátedra de Afrodescendientes: Mujeres Negras Ancestrales, iniciativa de Yolanda Arroyo Pizarro


Finalmente, ser negro o negra en Puerto Rico, ha asumido un elemento presencial.  Es decir, se inicia un reconocimiento, y de acuerdo al Censo Federal del 2010, que el 11 por ciento de la población se asume como afro-descendiente. De igual, forma, un 40 a 50 por ciento de la población se asume en cualquiera de las tonalidades negras que se puedan definir, desde el ser trigueño hasta la mulatería.

Desde esta mirada, y lejos de lo que se ve como todo opresión, represión e invisibilidad, la presencia de lo afro-descendiente en Puerto Rico, se sigue expresando desde tantas formas y miradas, que posiblemente en cuanto a este tema hoy en la isla, se atraviesa por un momento de expansión, crecimiento y reconocimiento.

Es ante lo dicho, que ayer no nos sorprendió participar en la Cátedra de Estudios Afro-Descendientes; Mujeres Negras Ancestrales, que la destacada escritora puertorriqueña, Yolanda Arroyo Pizarro, ha iniciado en la casa Ashford de Condado.  La cátedra es una iniciativa de la escritora, bajo el principio de actuar de forma soberana, y promover el desarrollo de una literatura en torno a los afro descendientes.





Ante una  sala llena, donde participaban de forma gratuita y voluntaria sobre 15 estudiantes, la profesora Arroyo Pizarro inició un diálogo en torno a negras ancestrales, en particular mujeres esclavas del Siglo 19. Se trata de un importante proyecto de recrear la micro-historia, en la cual los escritores y escritoras potenciales asume la responsabilidad de estudiar el perfil de una mujer esclavizada y convertir su historia en un trabajo literario. Es posiblemente de una de las inicitiavas más revolucionarias en el quehacer de la historia, que hemos visto en muchos años.

En el día de ayer la crítica literaria Marie Ramos Rosado, y el escritor Daniel Nina, fueron invitados a participar en el taller y compartir con los estudiantes sus experiencias en el proceso de la escritura creativa y de integrar a esta la contribución de los afro-descendientes en Puerto Rico.




Un dato importante de la contribución social que hace la escritora Yolanda Arroyo Pizarro, es el hecho de retomar la casa Ashford y reescribir su memoria histórica.  En particular la de su propietario Bailey Ashford, quien fue un médico militar parte del ejército de invasión de los EE.UU. a la isla, y quien desde el 1899 se mudó a vivir a Puerto Rico. Este se casó con una mujer de Mayagüez, y vivieron toda su vida, hasta que Ashford falleció en el 1934 en dicha casa en Condado.

Ahora bien, Ashford se dedicó a curar la “anemia”,  de los boricuas. No sin controversias médico éticas, desarrolló campañas, que lo llevan a fundar el instituto de Medicina Tropical, aún existente en el Viejo San Juan.  A dicho instituto se integró en el 1931, Cornelius Rhodes P. Rhodes, quien como denunció en su momento Pedro Albizu Campos, se distinguió por hacer experimentos práctica médica racista en Puerto Rico.

Los experimentos que realizó Rhodes en Puerto Rico en la década de 1930, negados por él como actos racistas, hicieron que se estableciera un premio de investigación a su nombre en el Instituto de Investigación del Cáncer de los EE.UU.  No obstante, y a partir del 2002, dicho premio no lleva el nombre de Rhodes, pues se entendió que pese a no violar ninguna norma en Puerto Rico, era una práctica médica racista.

Pese a las figuras de Rhodes y de Ashford, la Cátedra de los estudios Afro-descendientes está, literalmente hablando “dictando cátedra”. Adelante Yolanda Arroyo Pizarro. Adelante.

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Golpes de gracia distribuido en España, Puerto Rico, Estados Unidos, Guatemala y Panamá




"El catálogo de La Pereza nuclea lo más representativo de las tendencias literarias contemporáneas en la lengua hispana y ha sido distribuido por España, Puerto Rico, Estados Unidos, Guatemala, Panamá y otros países. Autores experimentados como Luis Eduardo Aute (España),Marta Sanz (España), Carlos Cortés (Costa Rica), Claudia Amengual (Uruguay), Yolanda Arroyo Pizarro (Puerto Rico), Sergio Ramírez (Nicaragua), Luis Felipe Lomelí (México) y Gumersindo Pacheco (Cuba), integran la lista de más de 70 libros publicados hasta el momento en géneros como novela, cuento, poesía, ensayo y literatura infanto-juvenil. A la vez, trabajan por avistar las grandezas del futuro e incluyen a excelentes autores jóvenes como Emanuel Franco de México o Rubén Varona de Colombia, por mencionar solo dos."


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domingo, noviembre 08, 2015

Un vistazo a 'Catálogo de cuerpos' de Melanie Pérez Ortiz



El poemario Catálogo de cuerpos de Melanie Pérez Ortiz juega con el lector y es, a su vez, una jugada atinada. La poeta-jugadora ha concebido un documento sutil, entretenido y reflexivo. 

Su catálogo me provoca y me pide que a conciencia mire al mundo desde ese análisis tan profundo que a veces puede ser desolador. Mi sección favorita es Vintage. Aquí los cuerpos se trastocan y nos piden a gritos que nos sentemos a escucharles el romance anaranjado del atardecer. Ese poema que dedica a Federico García Lorca nos pinta más que estampas de un derrotado intentando no serlo, acaso metáfora de un país que se muda, como tantos.

Hay piel y colores y cosquillas en la glosa libre que dedica a Nicolás Guillén. La glosa dedicada a Manuel Ramos Otero titulada También yo, Manuel es una de mis favoritas, sobre todo aquellos primeros verso que con delicadeza susurran: Te gloso aquí Manuel/ mi bien amado/ poeta de tus bichos, tus orgías/ Resplandecen/ no faltan tus poesías /pues al lector el culo has manoseado. Más juego, más jugo lúdico por parte de la habilidosa poeta.

Cuando Pérez habla de Huidobro nos recuerda ese tiempo que se acaba, ese tiempo que no hay que perder; el tiempo que brilla como un cometa celeste. Podemos oler el miedos en este poema, entre verso y verso, y a pesar de ello se nos invita a que nos dejemos caer en ese miedo, al vacío. La artesana construye unas imágenes desde las luciérnagas centellantes, desde los epitafios, desde los árboles y las semillas. Nos invita a caminar y es ahí que comienza el baile lúdico de nombrar. Nos hace la historia del origen y la epistemología de una mujer llamada Eva, de una mujer llamada Ariadna, una mujer llamada Lilian — acaso la misma, acaso diferente —, y entonces llegamos a Melanie, miel de anís, melón, liana fresca, molusco anillo cerrado en sí mismo. La autora nos está amenazando. Y nos reta a que aceptemos que no somos lo que creemos ser. Como si pintara una puerta, un autorretrato, mientras en medio de ese espejo descubierto se sigue perdiendo la existencia sin dejarnos lejos para que no nos perdamos.

Hay una invitación a conquistar, para que nos lancemos con la voz poética en el poema número 38, 'Poema borracho'. Aquí el homenaje se queda en mí, toda vez que me habla de un río que se hace mar, toda vez que presagia a una piel de alguien en la piel de un otro salado. Piel pesada y un "tú" que se hunde borracha y que por supuesto, ostenta un epígrafe de Julia de Burgos.

Hay otros poemas que me seducen. 'Caníbal' y ese mordisqueo de cadáveres que nos pasan por la garganta, esos muertos vivos y andantes que trivializan las lágrimas, esos ojos de pez sin agua que respiran. Este libro es una agradable y maravillosa gesta que explica los interrogantes más agudos de la poeta.

¿Cómo se alimenta uno de 10 muertos? ¿Cómo la luna es nueva y el sol es sangrante? ¿Cómo hay que comer de los Espíritus vivos de los difuntos? La respuesta es volverse caníbal en este mar de resistencia que a veces no entendemos, precisamente porque es la muerte la que nos arrebata todo.

En el poema número 15, titulado 'Caer', la voz versada vuelve a Vicente Huidobro y a Ura quién se lo leyó un día. Lo importante es caer sin vértigo, — insiste — caer o dejarse caer, defender con gracia o con estrépito, caer en cunetas o jardines floridos, de espaldas y mirando el cielo y sus nubes, las estrellas que sonríen y saludan. El poemario tiene gracia, de esas agrias, porque la vida es en sí misma, una sonrisa vertical. El libro provoca sonrisas, nos provoca hasta carcajadas en el muy buen sentido autoreflexivo. La piel de Melanie Pérez Ortiz ya ha sido catalogada, ya ha sido coleccionada en estas páginas en la que los cuerpos son simplemente una excusa.

Enhorabuena por esta ópera prima.

Subversivas: mujeres puertorriqueñas en la lucha

"Todas las desgracias del mundo provienen del olvido y desprecio que hasta hoy se ha hecho de los derechos naturales e imprescriptibles del ser mujer"
—Flora Tristán

Este proyecto se formuló y forjó por casi una década. Nació, como nacen tantos proyectos, por necesidad. Es extraño pensar en la historia o las historias como necesidad, pero en innumerables ocasiones es así. La falta de documentación de las vidas y participación de las mujeres en varias luchas es un vacío que urge atención. Conocer la historia nos permite acceso al legado de esas mujeres de manera más tangible. El interés era conocer sobre las vidas y acciones de mujeres que participaron en varias luchas: el movimiento estudiantil universitario, la lucha por sacar a la marina de guerra de Estados Unidos de Vieques, la lucha feminista y la lucha por la descolonización de Puerto Rico, entre ellas la lucha armada. En ‘la lucha’ (término que usamos para referirnos a los movimientos antes mencionados) hay una historia oral y escrita sobre algunas mujeres. Se conoce de figuras prominentes como Lolita Lebrón, Blanca Canales, Isabel Rosado, y Luisa Capetillo. Sin embargo, de otras compañeras que laboran cotidiana y continuamente no conocemos casi nada. Todas trabajan incansablemente en el anonimato. Muchas desean mantener ese anonimato y expresan que el trabajo que realizan no es con motivo de obtener reconocimiento.

Con esta humildad increíble, que demuestra su tesón y ética de militancia, se ha creado un vacío en la historia. Cada generación de mujeres en la lucha vive un grado de aislamiento, sobre todo con la incertidumbre de saber si sus experiencias son cosa nueva o un ciclo que se adhiere a estereotipos de mujeres y roles de género. En la cotidianidad comenzamos a compartir nuestras historias, las barreras que se experimentan por ser mujeres, o simplemente las anécdotas de los roles que se asignan en los movimientos sociales; como por ejemplo tomar apuntes y hacerse cargo de la cocina. A través de estas anécdotas que aparecen una y otra vez, logramos sentir solidaridad porque lo hemos experimentado como compañeras de lucha. También reconocemos que hay patrones y tendencias que surgen porque las organizaciones están enmarcadas en la sociedad patriarcal que vivimos. Cuando se está inmersa en movimientos de transformación social que en cierto grado promueven patrones de desigualdad, no se puede permanecer calladas ante las inequidades que sufren las mujeres luchadoras. Toda lucha reivindicativa tiene que considerar el asunto de género en su génesis. 




Compiladoras: Raquel Delgado Valentín e Isa Rodríguez Soto
Colaboradoras: Yolanda Arroyo Pizarro y Zulma Oliveras Vega
Paperback 6x9, 162 páginas
Fecha de lanzamiento: 19 de noviembre de 2015

lunes, noviembre 02, 2015

Departamento de Estudios Afropuertorriqueños: gesta, existencia y aportación de mujeres negras durante el auge de la época esclavista


El Archivo General de Puerto Rico alberga tesoros incalculables que deben ser rescatados. En mi trabajo investigativo para el Departamento de Estudios Afropuertorriqueños, proyecto performático de Escritura Creativa, he hallado el espacio necesario para dedicar tiempo y pasión a documentos de primera fuente que evidencian la gesta, existencia y aportación de mujeres negras de gran valía durante el auge de la época esclavista en Puerto Rico (1790 - 1890). El Departamento de Estudios Afropuertorriqueños es una iniciativa interdisciplinaria, intercultural e interuniversitaria cuya sede colaborativa lo son librería Libros AC en Santurce, la Casa Ashford de San Juan, EDP University y el programa Sinestesia de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Carolina. Me honra dirigir un proyecto performático de esta magnitud.





Acerca de mí

Mi foto
Yolanda Arroyo Pizarro (Guaynabo, 1970). Es novelista, cuentista y ensayista puertorriqueña. Fue elegida una de las escritoras latinoamericanas más importantes menores de 39 años del Bogotá39 convocado por la UNESCO, el Hay Festival y la Secretaría de Cultura de Bogotá por motivo de celebrar a Bogotá como Capital Mundial del libro 2007. Acaba de recibir Residency Grant Award 2011 del National Hispanic Cultural Center en Nuevo México. Es autora de los libros de cuentos, ‘Avalancha’ (2011), ‘Historias para morderte los labios’ (Finalista PEN Club 2010), y ‘Ojos de Luna’ (Segundo Premio Nacional 2008, Instituto de Literatura Puertorriqueña; Libro del Año 2007 Periódico El Nuevo Día), además de los libros de poesía ‘Medialengua’ (2010) y Perseidas (2011). Ha publicado las novelas ‘Los documentados’ (Finalista Premio PEN Club 2006) y Caparazones (2010, publicada en Puerto Rico y España).

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